Cómo nos queremos, cómo nos tocamos, cómo nos dejamos tocar, como nos sentimos.
¿Existe sintonía (complicidad, química y atracción)?
Para empezar a valorar estos aspectos tendríamos que detenernos en averiguar que creencias tienes sobre el sexo:
¿Qué es para ti el sexo?
¿Cómo lo has vivido? / ¿Cómo lo vives?
A partir de ahí se puede indagar y trabajar en las diferentes perspectivas que cada persona quiera mejorar.
El ritmo de vida, el envejecimiento, el estrés, los disgustos, el cansancio…nos impiden estar o definirnos como alguien sexualmente activo que tiene que cumplir un cupo, cada uno tiene unas necesidades, unos gustos pero para poder disfrutar de todo ello hay que trabajar, creencias, hay que trabajar el respeto por nuestras ideas y las de mi compañero/a.
Todo está ligado a la autoestima, a la relación que tenemos con nuestro cuerpo y como nos relacionamos con otro cuerpo, las referencias que tienes sobre el sexo, tus grandes verdades, la idea formada de lo que tiene que ser sexo (muchas veces exagerada por películas, libros, canciones…)
Las expectativa son una cosa, la realidad otra, este es un tema fundamental para poder empezar a entablar el mapa de tu sexualidad y su sexo correspondiente (a sí mismo y /o a la pareja que en ese momento se tiene).
También el conocimiento de lo que pensamos es normal o anormal porque vendrá determinado de ideas preconcebidas, juicios, pensamientos de los demás que nos producen una reacción de rechazo o agrado.
Además de trabajar también con los valores privados y compartidos en la sexualidad.
¿Dispuesto a marcar las zonas del mapa que quieres conocer?